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cementerio de punchana - iquitos, 1 nov. 15, © MANOLO BERJON 2015

1 de Noviembre

Publicado: 2015-11-04

 


Los cementerios en USA son lugares para pasear. En Iquitos (Perú en general, México…) son lugares donde la gente suele llevar comida, al menos los primeros días de noviembre. Con esto nos enfrentamos a dos visiones diferentes de comprender los cementerios, la muerte y el lugar de los muertos en nuestra vida.

Este año hemos asistido, por vez primera, al cementerio de Punchana en Iquitos el 1 de noviembre. A pesar de la garúa de la mañana había gente desde primera hora. A medida que la lluvia se fue disipando se fue poblando de gente.

Nos llamó la atención que se deshojan las flores en las tumbas, creando un efecto visual precioso. La explicación que encontramos fue tremenda: “para que no roben las flores de las tumbas y las vuelvan a vender”. Es decir, cuando se depositaba el ramo sobre la tumba, no faltaba gente que los robaba para su reventa. Deshojando las flores sobre la tumba, ya no se pueden recoger y revender. Aunque no faltaba gente que afirmaba que de nuevo vuelven a recoger los pétalos para embolsarlos de nuevo y revenderlos. Ya no se colocan palmeras en las tumbas, la explicación es la misma: las roban. Se ha perdido el temor a los muertos. Robar las flores a los muertos ya no implica ningún temor al castigo.

La curiosidad nos llevó a percibir la fuerte influencia del departamento de San Martín en los rezos que se realizaban y en la música que se entonaba. Lo cual no es óbice para encontrar personas de lugares como Arequipa tocando el violín y rezando. La presencia de Colombia en el cementerio se deja notar en las imágenes del Divino Niño en las tumbas. En cambio, de Brasil no percibimos la influencia. Lo cual no significa que no la tenga, simplemente no la percibimos. Puede que sean otros los ámbitos donde se manifiestan: la ropa, la música, los puertos…

También en los cementerios aparece la escritura. Escribir el nombre correcto de los difuntos y rezar por ellos es una tarea delicada, concienzuda y agradecida. No rezar por ellos implica que se pueden resentir y hacernos daño. Incluso encontramos “expertos” vendiendo cruces y escribiendo los nombres de los difuntos en ellas.


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